En un mundo donde cada vez más contenidos escritos están totalmente generados con inteligencia artificial, el vídeo hablando a cámara sigue ganando terreno e importancia.
El auge de la IA nos dificulta discernir entre quién es realmente experto en aquello que vende y quién sencillamente sabe generar contenido de calidad con ChatGPT. Ahí es donde surge el vídeo como solución.
El vídeo como herramienta para diferenciarse de la IA
Diferenciarse siempre ha sido clave, pero en la era de la IA lo es todavía más. Viendo cómo han mejorado las herramientas de generación de texto, en muchas ocasiones es difícil saber si un artículo ha estado escrito por su autor o por una inteligencia artificial.
Incluso si lo ha escrito completamente su autor, es posible que toda la información la haya sacado de una IA o de otros artículos, sin llegar a comprenderla y limitándose a escribirlo con otras palabras.
Por lo tanto, cómo decimos, los vídeos hablando a cámara son una de las mejores soluciones. De momento, nos permiten detectar si el autor comprende realmente la materia de la cual habla. Y digo “de momento” porque es posible que en un futuro se creen vídeos con avatares de IA imposibles de diferenciarlos de personas reales. Quién sabe.
Dar estos consejos para luego publicar solo un artículo escrito sería bastante contradictorio, por lo que también podéis ver al autor explicándolo.
Los vídeos humanizan la marca
Los vídeos siempre han sido una herramienta muy potente para conectar con las personas. Permiten que las marcas sean percibidas como cercanas y accesibles, algo que refuerza la confianza del cliente.
Esto puede ser especialmente productivo en empresas de un tamaño reducido. Las grandes compañías juegan con la ventaja de ser las líderes del sector, de ganar en número y estatus. Pero, en cambio, las empresas pequeñas pueden ser mucho más cercanas y mostrar más fácilmente las personas e historias que hay detrás de la marca. El vídeo les ayuda a sacar valor de ello.
La importancia de la precisión y el valor en el contenido
Pese a las evidentes diferencias entre texto y vídeo, ambos siguen teniendo aspectos en común a tener en cuenta. Sí, el vídeo nos facilita llegar a un público al cual cada vez le cuesta más mantener la atención, pero no basta con usar este formato.
Igual que en el formato escrito, debemos crear un contenido de calidad y directo: “resolver las necesidades de los usuarios en el menor tiempo posible y de la forma más atractiva”, como explicó Ginés en la última edición de nuestra newsletter.
Tiempo de retención: la clave del éxito en el formato vídeo
Aportar calidad desde un inicio, ir al grano y no usar relleno en los vídeos son conceptos directamente relacionados con la retención del público. Esta es una métrica clave en los algoritmos de todas las plataformas. Como mayor sea el porcentaje de retención, más aparecerán tus vídeos en el feed de otros usuarios.

Así lo explicamos en el artículo 10 claves para crecer en Youtube Shorts, que aunque se centra en esta plataforma, incluye varios consejos que son aplicables a todo tipo de videos.
Por lo tanto, debemos eliminar por completo del relleno de nuestros contenidos. De nada sirve hacerlos más largos con elementos innecesarios para que parezcan más profesionales o más elaborados.