Bárbara Ayuso, Nuria Pastor, Natalia de Jesús, Ana Fernández, Sandra Gómez, Silvia Benaiges, Esther Agustench, Rosa Megía, Sònia Rodríguez y Natyra Zhjeqi.
Cada una de estas mujeres nos inspira por su forma de trabajar y de ver la vida. Hemos conversado con ellas sobre feminismo e igualdad: 4 preguntas y 10 visiones complementarias.
Foto: Jorge Quiñoa
Periodista... a mi pesar, añadiría. Entrevisto, escribo e intento no desfallecer.
No, creo que como en todos los sectores, aún persisten desigualdades, cada cual con sus particularidades. En el caso del periodismo, creo que no es tanto una cuestión de brecha salarial en sí misma, como de "prestigio", por decirlo de algún modo. En mi opinión, en general las periodistas aún tienen que hacer el doble de méritos para alcanzar ese prestigio, tienen que demostrar el doble para alcanzar el mismo crédito. Se ha avanzado mucho, pero en el periodismo, como en la sociedad, aún se arrastran viejas inercias (que los temas políticos los copen hombres, y los sociales, mujeres, por ejemplo) y problemáticas más específicas (el odio que reciben por su exposición pública es mayor, y más insidioso) que provocan que el desgaste sea mayor para nosotras.
Me sería imposible citar todas las cosas en las que se ha avanzado en las últimas décadas, tanto socialmente como dentro de mi profesión. Baste con decir que cosas que viví cuando empecé serían impensables hoy en día. Espero y deseo que más pronto que tarde resulte tan ridículo apostillar que se es feminista, como hoy resulta explicitar que se es antirracista, o antiesclavista. En materia de futuro, me ceñiría a la archiconocida enseñanza de Atwood: los avances no son irreversibles, y no se puede confiar en "esto aquí no puede pasar" porque en determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar. Nuestra tarea es hacerlo todo para poder acabar diciendo: "Por suerte, no tenías razón".
Si hablamos de referentes "eternos", me pierdo: no sabría elegir si Dorothy Parker, Ursula K. Le Guin, la princesa Leia, Shriley Jackson o Carmen Martín Gaite. Pero si hablamos de gente que conserve sus constantes vitales, citaré a Mary Karr, a Dolly Parton o a Leila Guerriero... No, más importante: periodistas, escritoras y amigas: Aloma Rodríguez, Lara Hermoso y Bibiana Candia. No hay que irse lejos para tener enormes referentes.
Soy consejera delegada en humanITcare, lidero una empresa de telemedicina que proporciona un seguimiento de la salud en remoto.
Tienes que demostrar el doble. En el sector STEM solo el 29% de los trabajadores de esta área son mujeres. Hay que intentar fomentar desde la educación la diversidad en este sector.
Cada vez hay más medidas positivas que exigen los mismos derechos (no privilegios) a los hombres, como, por ejemplo, la baja por paternidad. Aun así, todavía queda mucho camino por hacer para que las mujeres estén en puestos de decisión.
Sí, a mí me inspira cada día Guayente Sanmartín, Directora Mundial de HP largo formato y mentora de humanITcare. Es una persona brillante, apasionada y con muchas ganas de mejorar la vida de las personas con la tecnología.
Trabajo en la industria de la música, especialmente me dedico a la comunicación y producción de conciertos, y acabo de lanzar el proyecto #EllesMusic.
No, puesto que el número de mujeres en la industria musical sigue siendo minoritario, pero se está luchando por un cambio y se está empezando a abrir conciencia, como hace la Asociación MIM (Mujeres de la Industria de la Música), que ha publicado un informe en el que denuncia, entre otras cosas, la abismal diferencia salarial entre hombres y mujeres del sector musical.
En los últimos años, he visto más paridad de artistas en los carteles de conciertos y en las listas. De cara al futuro, espero encontrarme con más mujeres en cargos directivos o con posibilidad de alzar la voz, y que se emitan más programas y secciones feministas en los medios de comunicación. Es importante elaborar informes para conocer la situación del sector y así poder seguir avanzando.
Como no podía ser de otra manera, citaré referentes musicales. Uno de ellos es Nina Simone, que representa el afán de superación en una época donde ser mujer y negra era un impedimento importante para triunfar.
Y otra más desconocida, Delia Derbyshire. Una de las pioneras de la música electrónica a la que, todavía hoy, se continúa sin reconocerle el mérito aun tratándose de un ámbito que, desde sus orígenes, siempre se mostró, al menos de forma aparente, más abierto y democrático.
Pero tampoco haría falta irnos tan lejos, actualmente es muy destacable, no solo el amplio número de propuestas musicales que dan buena cuenta del empoderamiento de la mujer, sino la enorme calidad de muchas de ellas.
Me dedico a la consultoría y llevo 20 años en el sector. He ido subiendo todos los niveles hasta en la actualidad ser socia directora de Barna Consulting Group.
Tengo que decir que es bastante difícil todavía ver a mujeres socias de empresas grandes de consultoría, pero cada vez hay más. La tendencia es general en todos los sectores.
Creo que estos meses de pandemia han supuesto una gran revolución en la manera de trabajar y dirigir, lo que va a ayudar muchísimo a que las mujeres puedan asumir más puestos de gran responsabilidad, porque hemos visto que la conciliación, el teletrabajo y las nuevas maneras de dirigir son posibles.
La evolución de la igualdad es muy lenta. Creo recordar que el año pasado estábamos en un 12% de mujeres que asumían puestos directivos en las grandes organizaciones. Esto implica que solo 1 de cada 10 mujeres ocupan puestos en comités de dirección.
Históricamente, los roles han sido muy rígidos y la mujer se debía ocupar únicamente de la vida familiar. Afortunadamente, desde hace unos años se está reivindicando el rol que también ocupa el hombre en el cuidado de la familia, tanto de los hijos como de los mayores. Espero que podamos ver una simbiosis de roles, preocupados por aspectos tan vitales para la sociedad como ayudarnos unos a otros, y que el mundo empresarial crezca por unos mismos objetivos.
Aparte de los grandes clásicos que me inspiran, como Madame Curie, Estée Lauder, Coco Channel o C. J. Walker, están las mujeres directivas de los sectores más avanzados e innovadores, las nuevas startups tecnológicas, que se encuentran en la cresta de la ola de la innovación. En España, tenemos a Fuencisla Clemares en Google, a Irene Cano en Facebook, a Pilar Gómez en Microsoft, a Helena Herrero en HP o a la gran Marta Martínez en IBM.
En esta pandemia también me han inspirado mucho las madres y abuelas que han sentido una especial reivindicación de su papel en la vida familiar, cuidando mucho a los hijos, con esa ilusión de verse. Para mí, el 8 de marzo de 2021 es también un homenaje especial a esa actitud, a esa energía, a ese mensaje igualitario.
Trabajo como directora ejecutiva creativa en una agencia de comunicación de Barcelona dedicada a la comunicación y el marketing para el sector industrial.
Aunque ha mejorado mucho la situación respecto a años anteriores, creo que sigue habiendo diferencia entre ambos sexos. Por una parte, puedo decir que dentro del mundo de la agencia quizá las mujeres tenemos un poco más de presencia que antes, pero en el sector industrial, que es al que me dedico, hay una gran diferencia tanto a nivel práctico diario como a nivel de cargos importantes y sus respectivos salarios.
Creo que estamos haciendo pasitos para que la igualdad sea cada vez mayor, aunque aún estamos lejos de conseguirlo. Desde mi punto de vista, en nuestra generación estamos viviendo una transición entre cómo nos educaron y cómo estamos empezando a educar a las nuevas generaciones. El gran cambio aparecerá cuando estas nuevas generaciones, que crecen con una educación más igualitaria, puedan responder estas mismas preguntas en unos años.
La verdad es que no puedo definir un claro perfil que me haya inspirado en su totalidad. Igualmente, dentro de las mujeres del sector que me han parecido interesantes y cuya trayectoria es destacable, puedo citar a Verónica Fuerte, fundadora de Hey Studio.
Soy la directora del departamento de Public Engagement (comunicación, marketing, fundraising y comercio justo) de Oxfam Intermon.
En el sector de la cooperación creo que sí se van igualando las oportunidades. De hecho, hay varias organizaciones que están dirigidas por mujeres. Nosotros mismos, en el equipo de dirección de Oxfam Intermon, somos 5 mujeres y solo 1 hombre. Aquí somos mayoría, tanto en el equipo directivo como en los mandos intermedios y en gran parte de la plantilla.
Hemos ido mejorando, pero hay sectores que están más avanzados que otros. Es verdad que ya en muchas carreras universitarias hay una mayoría de mujeres, pero conforme vas subiendo en la pirámide y, sobre todo, cuando vas evolucionando profesionalmente, se ve una gran diferencia entre géneros a la hora de acceder a los puestos de dirección, porque coincide con los años de maternidad.
También es verdad que esto poco a poco está cambiando, y que cada vez más mujeres llegamos a ser directoras generales o miembros del consejo de dirección. Estoy convencida de que las generaciones más jóvenes, las que están saliendo de la universidad, tendrán más oportunidades. Por lo tanto, se ha avanzado mucho, pero todavía hay camino por recorrer, especialmente en la dirección, los mandos intermedios y la igualdad de sueldos. Todavía sigue habiendo mujeres y hombres con el mismo cargo pero con sueldos diferentes.
Un perfil femenino que me ha inspirado mucho desde siempre es el de Mercè Sala. Cuando yo trabajaba en la Politécnica, ella era la presidenta de la Fundació Factor Humà, y siempre la he admirado mucho.
Acompaño a las empresas a crecer a través del diseño. Soy la directora creativa de la agencia de branding NOMON DESIGN.
Creo que las oportunidades sí que son las mismas, pero otra cosa es que el entorno y la situación personal de cada uno te permita cogerlas o puedas conseguir la misma relevancia.
Creo que aún se puede mejorar mucho. Espero que en un futuro ya no tengamos que hablar sobre esto y que ni nos planteemos si hay día o no de la mujer.
No tengo ningún referente en concreto... Pero ahora me viene a la cabeza que el verano pasado leí Mi historia, de Michelle Obama, y creo estaría bien cambiar el tópico y decir también que “detrás de una gran mujer hay un gran hombre”.
Lidero la línea de servicio de Operaciones dentro de la consultora Nae, soy la responsable de la estrategia de la línea y su desarrollo de negocio.
Si hablo de mi experiencia personal, he de decir que no he echado en falta oportunidades a las que no haya podido optar por ser mujer hasta ahora, pero en general creo que, al igual que en otros sectores, hay un menor número de mujeres que ocupan posiciones de relevancia o en consejos de administración, por ejemplo.
Lo ideal sería no tener que reivindicar la igualdad de género en ningún ámbito, y el profesional sería uno de ellos. Creo que se ha ido avanzando, pero obviamente aún no es suficiente. Tenemos que trabajar en la educación de los más pequeños para que esta igualdad sea algo natural, desde la infancia, y aún hay mucho trabajo por hacer por cada uno de nosotros. Debemos normalizar la compartición de responsabilidades en el ámbito familiar para que se deje de ver como algo ligado mayoritariamente a la mujer. Este paso nos hará que se abran más oportunidades laborales a las mujeres en todos los niveles, que de manera natural podrán ocupar estas posiciones.
Para mí, es un referente cualquier mujer que tiene el valor de luchar por sus derechos, especialmente aquellas que están o han estado en posiciones más vulnerables, donde esta reivindicación es aún más compleja. Dicho esto, si queremos nombrar algunos nombres conocidos, pienso en mujeres como Emilia Pardo Bazán o, por ejemplo, Clara Campoamor, que luchó porque las mujeres pudiéramos ejercer el voto en España, pudiendo hacerlo por primera vez hace menos de 100 años.
Soy arquitecta y trabajo en una ingeniería, donde nos dedicamos a diseñar infraestructuras y obra civil (estaciones y líneas de ferrocarril o metro, plantas de tratamiento de aguas, etc.). Yo, concretamente, estoy especializada en BIM, una metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de proyectos de construcción.
No. Durante la carrera sí que había mayoría de mujeres, pero en mi entorno profesional ves que apenas llegamos a un tercio, y eso significa que por el camino se han quedado muchas. Y, con cargos de responsabilidad, no hay casi ninguna. Personalmente, en mi carrera profesional solo he tenido una jefa intermedia, y el resto todo hombres, teniendo en cuenta las diferentes ingenierías, consultoras y despachos donde he estado.
Ayudaría mucho, por ejemplo, que no se nos considere las únicas responsables de la familia, pues todavía existe la cultura empresarial que asume que serás tú quien cuide a niños o mayores. Creo que se ha avanzado mucho, y como sociedad, nuestra generación ya es igualitaria en los hogares. Además, en el día a día del trabajo me he sentido bien valorada por mis superiores, pero a veces este cambio no se traslada a la maquinaria corporativa. Por eso son importantes los cambios normativos (como igualar la baja de paternidad) o el teletrabajo (y poder repartir tareas).
Espero que pronto se haga un clic en el chip empresarial, como ya lo ha hecho la sociedad: la verdadera igualdad llegará el día en que una persona de recursos humanos, ante un candidato-hombre en cierta franja de edad, y ante la posibilidad de que vaya a ser padre, tenga los mismos reparos a los que nos enfrentamos las mujeres.
No puedo decir que tenga referentes inspiracionales, no soy muy partícipe de este tipo de cosas. Creo que en mayor o menor medida todas intentamos luchar y hacerlo lo mejor posible.
Soy consultora de desarrollo internacional y social, y derechos humanos.
Lo cierto es que varía de un país a otro y de un continente a otro. Mientras que en los países desarrollados las oportunidades en este sector son un poco más igualitarias, no ocurre lo mismo en los menos desarrollados.
Aun así, más allá de las oportunidades que pueda haber para la mujer, hay algunos factores que dificultan el desarrollo integral de su carrera en el sector humanitario, como estar expuesta a situaciones y lugares precarios (lo que implica el doble de riesgo para las mujeres que para los hombres), o el viajar constantemente; es decir, desafiar los roles estereotipados de las constelaciones familiares y de la división de tareas.
Ha habido una evolución importante en términos de mayor visibilidad con respecto a los derechos de las mujeres en el discurso público dominante, lo que ha conllevado transformaciones y políticas positivas que han allanado el camino para realizar algunos de los cambios tan necesarios y deseados.
Espero una disminución de la violencia contra las mujeres en el futuro; una mayor participación en todos los ámbitos de la vida, y el reconocimiento del trabajo no remunerado que realizan a nivel mundial y que debe ser redistribuido y compensado de manera más equitativa.
Mi madre. Su espíritu fuerte, su sentido de la justicia y sus acciones concretas para desafiar las arraigadas estructuras patriarcales con las que lamentablemente ha tenido que lidiar me han influido mucho.
Otra persona que me gustaría mencionar es Delina Fico, que ha sido una de las pioneras de los derechos humanos y, especialmente, de los derechos de las mujeres en Albania y Kosovo. Delina fue mi mentora y es una amiga que sigue inspirándome con su incansable trabajo y su lucha por la igualdad.
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