El copywriting es una parte fundamental del marketing y la comunicación en el entorno digital. Tanto es así que se utiliza en todo tipo de medios, desde anuncios publicitarios en televisión hasta contenido web y correo electrónico, pasando por otras redes sociales como Instagram, Twitter o LinkedIn.

Sin embargo, muchas veces, puede ser complicado adaptarse a este tipo de escritura en los medios digitales. Pero no te preocupes: en este artículo te damos 3 claves para que puedas poner en práctica tus habilidades como redactor de contenidos especializado en el copywriting.

¿Qué es el copywriting?

El copywriting es una técnica o tipo de escritura cuyo objetivo es persuadir o llamar la atención (normalmente en un contexto publicitario y comercial) para movilizar a la audiencia y a los lectores.

Por ello, se usan estructuras de redacción enfocadas a favorecer este propósito como, por ejemplo, la técnica AIDA (Atención, Interés, Deseo y Acción), así como un lenguaje llamativo y, en ocasiones, emocional para poder captar, mantener y provocar la atención del lector.

El copywriter, por supuesto, es el encargado de que este mecanismo funcione. Por ello, su trabajo es crear mensajes publicitarios que destaquen y capten la atención, pero que, a su vez, también sean auténticos y persuasivos. Debe saber escribir mensajes concretos, llevando al límite sus habilidades creativas de marketing e incluso de psicología y empatía con el consumidor.

A pesar de lo que pueda parecer a simple vista, la redacción de este tipo de contenidos no se basa simplemente en comercializar e intentar vender el mensaje. Por ello, aunque pertenezca a un género más bien publicitario, no debemos obviar en ningún momento que su valor está en la calidad respecto a qué se transmite y cómo se transmite.

A continuación, te compartimos tres claves para que tus copies sean efectivos: adapta tu escritura a internet, convence con el lenguaje y piensa en el SEO.

1. Adapta tu escritura a internet

Para saber cómo escribir en internet, es muy importante conocer los rasgos definitorios de la comunicación digital.

Debemos tener en cuenta que en internet, la cantidad de contenidos es infinita, por lo que el volumen de información y estímulos que el lector tiene a su alcance pueden confundir su atención.

Esto nos lleva a entender por qué la audiencia digital es inestable: el lector abandonará cualquier cosa que esté leyendo si encuentra algo que considere mejor o que se adapte más a lo que busca.

Por último, hay que destacar que el lector digital no es un lector “real”: el usuario no espera (ni quiere) que le transmitas una información cargada de figuras retóricas en la que deba interpretar el contenido subjetivamente sino que más bien buscará algo sencillo y ordenado.

Jakob Nielsen, en su artículo How Little Do Users Read?, calcula, de hecho, que un usuario medio lee tan solo el 20 % del contenido al que accede. En realidad, la mayoría de usuarios son "escaneadores" de contenido, por lo que buscan mensajes cortos y visualmente ligeros.

Entonces, ¿cómo podemos destacar nuestro contenido para captar la atención de los usuarios? La respuesta es simple: debemos ofrecer un contenido mejor y más convincente que toda la competencia.

La organización y estructura del texto son imprescindibles para lograr seducir la atención. Por ello, existen una serie de herramientas tipográficas que permitirán ofrecer un contenido atractivo que no tiente la impaciencia del lector y que rompa la monotonía de la línea visual.

- Encabezados: Es ideal que se incluyan distintos niveles de encabezados entre títulos y subtítulos siguiendo una jerarquía coherente que organice bien la exposición de contenidos. Visualmente, contribuirá a reforzar la idea de organización y limpieza del texto e intensificará la atención del lector.

- Listas: Además de romper la monotonía visual, suscitan interés gracias al orden y a la clasificación de contenidos. Pueden presentarse encabezados con diferentes formatos atractivos en función del contenido: viñetas, rayas o topos.

- Tipografía y formato: Si quieres añadir un aspecto más agradable y funcional, puedes usar negritas para convertir palabras o expresiones en puntos de anclaje que el lector detecte a simple vista.

- Emojis y hashtags: estos dos elementos, propios de las redes sociales, sirven, por un lado, para facilitar la lectura y aportar dinamismo, así como para, en el caso de los hashtags, categorizar el contenido y mejorar el SEO.

Recuerda que se trata de lograr que el lector encuentre un atractivo especial en el texto que lo mantenga lo suficientemente atento como para quedarse, aunque sea, un minuto más.

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2. Convence con el lenguaje

Aunque la estructura para los diferentes medios digitales puede variar según su formato, el lenguaje debe ser positivo, directo, homogéneo y comunicado con estructuras sencillas, lo que permitirá asimilar la información más relevante durante la primera lectura y, además, conseguirá que el lector mantenga una actitud mucho más receptiva.

Esto nos ayudará a lograr nuestro objetivo: la lectura e interacción con el contenido, ya sea un artículo en el blog de una web, unos tuits o unos posts de LinkedIn.

Como guía: lo ideal es que las frases tengan menos de 30 palabras y los párrafos menos de 3 frases. Este patrón es significativamente más limitante que el de los textos impresos, pero recuerda que el lector digital prefiere acceder a la información de forma más fragmentada.

Algo que también podemos usar como captador de atención es la emoción mediante el lenguaje inspirador. Pero cuidado con ser excesivamente emocional y pasional.

3. Redacta pensando en el SEO

Todos sabemos que, hoy en día, los contenidos de webs, blogs y redes sociales están bajo el dominio de los algoritmos de los buscadores, que filtran y jerarquizan el contenido para ajustarlo a las necesidades, gustos e intereses de los usuarios.

Piensa en lo que ocurre cuando haces una búsqueda en Google: te centras en los primeros tres o cuatro resultados que te ofrece, ignorando si en las siguientes páginas puedes encontrar algo de interés. Esto es porque los textos mejor valorados por estos algoritmos obtienen posiciones predominantes en los resultados de búsqueda. Y este es nuestro objetivo: posicionar un texto para ser el primer resultado.

En Blackpool Digital creemos que la mejor forma de actuar es, en primer lugar, preparar contenidos interesantes y atractivos para nuestros lectores y, después, optimizarlo para los buscadores. Ese es el orden de prioridad: satisfacer las necesidades de las personas es lo primero. La parte de la optimización para el SEO se puede resumir en las siguientes pautas:

- Uso de palabras clave: Debemos introducir las keywords recurrentemente, pero de forma natural y orgánica teniendo en cuenta, además, que hay posiciones estratégicas donde se valora más su relevancia, como en los títulos H1, H2, H3, en las primeras frases o párrafos, en textos alternativos de imágenes, URLs, principios de listas o negritas.

- Introducción de enlaces: Una buena práctica es enlazar nuestro contenido a páginas de temática similar, ya sea de nuestro propio sitio web u otras páginas externas. Esto ayudará a detectar la continuidad y autoridad del tema tanto para el algoritmo como para los usuarios, que podrán navegar de un artículo a otro sin perder el foco del tema.

- Utilización del multiformato: Es importante apostar por una variedad de formatos para lanzar contenido de valor. De esta forma, el usuario puede escoger el que más le guste. Para ello, podemos introducir, junto con el artículo o copy, imágenes o vídeos que nos ayuden a respaldar el texto.

Para terminar, la inteligencia artificial se está convirtiendo en una herramienta fundamental para la redacción en entornos digitales. Si te interesa aprender más sobre las mejores estrategias para implementar la IA en la comunicación y el marketing digital, te animamos a que descubras nuestro Curso esencial para redactar contenidos con IA con su respectiva guía descargable y gratuita.